Como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos: que crezcan felices, saludables y preparados para enfrentar el mundo. Pero en la era digital, nuestras decisiones sobre el uso de pantallas pueden tener un impacto mayor del que imaginamos. En su libro «La fábrica de los cretinos digitales», el neurocientífico Michel Desmurget nos ofrece un llamado a la reflexión y nos guía para proteger el desarrollo de nuestros hijos frente al exceso de tecnología. Este ensayo explora sus principales recomendaciones con datos científicos que respaldan su importancia.
1. Menos pantallas, más desarrollo cognitivo
Sabemos que las primeras etapas de la vida son críticas para el desarrollo cerebral. Sin embargo, el uso excesivo de pantallas en la infancia puede interferir en este proceso. Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que los niños menores de 2 años no deberían tener ningún contacto con pantallas, mientras que los mayores no deberían pasar más de una hora diaria frente a ellas.
¿Por qué esto es importante? El cerebro infantil crece y se moldea a través de estímulos como la interacción con sus padres, el juego físico y la lectura. Las pantallas no pueden reemplazar estas experiencias. Por ejemplo, el lenguaje, una habilidad clave en el aprendizaje, se desarrolla mejor cuando un adulto lee un cuento al niño, respondiendo a sus preguntas y gestos. Al contrario, un programa en una tableta, por educativo que parezca, no genera este intercambio.
2. Proteger el sueño de los niños
¿Cuántas veces hemos permitido que nuestros hijos usen una tableta o vean televisión justo antes de dormir? Según Michel Desmurget, este es uno de los hábitos más dañinos que podemos permitir. La luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina, una hormona esencial para dormir.
Un estudio publicado en Sleep Medicine Reviews reveló que los niños que usan pantallas antes de acostarse tardan más en conciliar el sueño, duermen menos horas y tienen un descanso menos reparador. Esto no solo afecta su humor, sino también su capacidad de aprender y concentrarse al día siguiente. Desmurget sugiere reemplazar las pantallas nocturnas por actividades relajantes como leer un cuento o escuchar música suave. Estos momentos no solo mejoran el sueño, sino que también fortalecen el vínculo entre padres e hijos.
3. Actividades reales: una alternativa poderosa
En un mundo donde las pantallas parecen omnipresentes, es fácil olvidar la magia de las actividades tradicionales: jugar al aire libre, hacer manualidades, leer juntos o practicar deportes. Desmurget insiste en que los niños necesitan estas experiencias para desarrollar su creatividad, su salud física y sus habilidades sociales.
La ciencia lo respalda. Un estudio del Journal of Pediatrics encontró que los niños que pasan más tiempo en actividades físicas tienen mejores niveles de autorregulación emocional y se sienten más felices. Además, el deporte y el juego libre enseñan lecciones importantes como la cooperación, la paciencia y la resiliencia, habilidades que las pantallas difícilmente pueden ofrecer.
Como padres, podemos liderar con el ejemplo: ¿cuándo fue la última vez que jugamos con nuestros hijos en el parque o que dedicamos tiempo a un juego de mesa en familia? Estas experiencias son más enriquecedoras de lo que cualquier dispositivo puede ofrecer.
4. Los niños imitan lo que ven
No hay duda de que nuestros hijos nos observan constantemente. Si pasamos horas mirando el móvil o la televisión, ellos harán lo mismo. Según el Pew Research Center, los niños cuyos padres tienen hábitos digitales excesivos tienden a desarrollar los mismos patrones.
Desmurget propone establecer «zonas libres de pantallas» en el hogar, como durante las comidas o en las habitaciones. Al mostrarles que valoramos la interacción familiar por encima de los dispositivos, les damos un mensaje claro: las personas siempre son más importantes que las pantallas.
5. Establecer reglas claras y consistentes
Todos sabemos que los niños necesitan límites para sentirse seguros. Esto también aplica al uso de la tecnología. Según Common Sense Media, los niños cuyos padres imponen límites al tiempo de pantalla dedican más tiempo a actividades creativas y logran mejores resultados académicos.
Desmurget recomienda establecer normas claras: por ejemplo, definir cuánto tiempo pueden usar dispositivos al día y bajo qué circunstancias. Pero los límites no deberían ser arbitrarios; deben explicarse de manera que los niños entiendan por qué se aplican. Cuando los niños saben que estas reglas los benefician, es más probable que las respeten.
Conclusión: Criar en la era digital
Criar a nuestros hijos en un mundo lleno de pantallas es un desafío que todos enfrentamos. Pero como señala Michel Desmurget, nuestras decisiones como padres tienen un impacto profundo en su desarrollo. Limitar el tiempo de pantalla, proteger sus horas de sueño, fomentar actividades alternativas, dar un buen ejemplo y establecer reglas claras no son solo recomendaciones: son actos de amor.
No se trata de demonizar la tecnología, sino de usarla con moderación y sentido común. Si damos prioridad a las experiencias reales y a las relaciones humanas, estaremos criando niños más felices, saludables y preparados para el futuro.
¿Qué momento sin pantallas puedes compartir con tus hijos hoy?
Referencias:
- World Health Organization. (2019). Guidelines on physical activity, sedentary behaviour and sleep for children under 5 years of age. Ginebra: WHO.
- Hale, L., & Guan, S. (2018). Screen time and sleep among school-aged children and adolescents: A systematic literature review. Sleep Medicine Reviews, 21, 50-58. doi:10.1016/j.smrv.2015.01.007
- Aubert, S., Barnes, J. D., Abdeta, C., et al. (2020). Global matrix 3.0: Physical activity report card grades for children and youth. Journal of Pediatrics, 178, 212-219. doi:10.1016/j.jpeds.2020.09.002
- Pew Research Center. (2022). Parenting children in the age of screens. Recuperado de: www.pewresearch.org
- Common Sense Media. (2019). The Common Sense Census: Media use by tweens and teens. Recuperado de: www.commonsensemedia.org